La tendencia 'farm-to-table' (de la granja a la mesa) está ganando popularidad en el mundo gastronómico, promoviendo el uso de ingredientes frescos, locales y de temporada.
Al reducir intermediarios y enfocarse en productos directos de agricultores y productores, los restaurantes no solo mejoran la calidad de sus platos, sino que también apoyan a la economía local y promueven prácticas sostenibles. Esta filosofía se adapta a la creciente demanda de los clientes por alimentos éticos y ecológicos, haciendo del 'farm-to-table' un enfoque clave en la evolución de la cocina moderna.